Celebración de la XXI edición de la Gala de homenaje al Tambor de Oro e Insignia de Oro de la Hermandad.
El Año Santo de la Misericordia comenzó el día 8 de diciembre y concluirá el próximo 20 de Noviembre.
El Papa Francisco lo convoco mediante la Bula “Misericordie vultus”, y ha deseado que se viva intensamente en todas las iglesias.
Como Clausura del Año Jubilar de la Misericordia, la cofradía realizara el próximo día 18 de Noviembre, una Santa Misa en Acción de Gracias a las 20:30h en la Parroquia de San Mateo Apóstol, que será Precedida por el Ilmo. Sr. D. David Aguilera Malagón, Vicario Episcopal de la Campiña y Párroco de San Mateo Apóstol. Al finalizar la Santa Misa, se procederá la Salida en Procesión del Stmo. Cristo de la Salud y Misericordia “Cristo del Silencio” por el siguiente itinerario: Plaza Nueva, Cuesta del Reloj, Las Torres, Alcaide, Los Maristas, San Francisco, Juan Jiménez Cuenca, El Agua, San Pedro, Julio Romero de Torres, Plaza Nueva y Parroquia de San Mateo.
Durante el recorrido se harán catorce estaciones, relacionadas con el Vía Crucis y las catorce obras de misericordia.
FESTIVIDAD DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
14 DE SEPTIEMBRE
La cofradía del Silenció, siendo el titular la imagen Crucificada de Cristo muerto en la Cruz, celebra en el día de la festividad de la exaltación de la Cruz, a las 21.00 horas en la capilla del stmo. Cristo de la Salud y Misericordia (Cristo del silencio y de los Estudiantes), mediante un rezo emotivo delante de la propia capilla de nuestro Titular, en cual cada vez nos acompaña más hermanos donde celebramos el misterio de la Redención, y adoramos a Jesucristo como Señor de la Vida que ha vencido a la muerte.
En este breve espacio, queremos contar la historia y significado de esta festividad para nuestra comunidad que celebramos la Cruz como ese lugar santo que acogió las últimas horas de Jesús, testigo de su muerte y de su sangre; pero también como la puerta Santa que traspasó Nuestro Señor cuando Dios Padre lo resucitó de entre los muertos.
Hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo, La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia.
Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fue llevada en persona por el emperador a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.
La Santa Cruz , para evitar nuevos robos, fue partida en varios pedazos. Uno fue llevado a Roma, otro a Constantinopla, un tercero se dejó en un hermoso cofre de plata en Jerusalén. Otro se partió en pequeñísimas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero, que se llamaron "Veracruz"(verdadera cruz).
A San Antonio Abad (año 300, fiesta el 17 de enero) le sucedió que el demonio lo atacaba con terribilísimas tentaciones y cuentan que un día, angustiado por tantos ataques, se le ocurrió hacerse la señal de la Cruz, y el demonio se alejó. En adelante cada vez que le llegaban los ataques diabólicos, el santo hacía la señal de la cruz y el enemigo huía. Y dicen que entonces empezó la costumbre de hacer la señal de la cruz para librarse de males.
De una gran santa se narra que empezaron a llegarle espantosas tentaciones de tristeza. Por todo se disgustaba. Consultó con su director espiritual y este le dijo: "Si Usted no está enferma del cuerpo, ésta tristeza es una tentación del demonio". Le recomendó la frase del libro del Eclesiástico en la S. Biblia: "La tristeza no produce ningún fruto bueno". Y le aconsejó: "Cada vez que le llegue la tristeza, haga muy devotamente la señal de la cruz". La santa empezó a notar que con la señal de la cruz se le alejaba el espíritu de tristeza.
Cuando Nuestra Señora se le apareció por primera vez a Santa Bernardita en Lourdes (Año 1859), la niña al ver a la Virgen quiso hacerse la señal de la cruz. Pero cuando llegó con los dedos frente a la cara, se le quedó paralizada la mano. La Virgen entonces hizo Ella la señal de la cruz muy despacio desde la frente hasta el pecho, y desde el hombro izquierdo hasta el derecho. Y tan pronto como la Madre de Dios terminó de hacerse la señal de la cruz, a la niña se le soltó la mano y ya pudo hacerla ella también. Y con esto entendió que Nuestra Señora le había querido dar una lección: que es necesario santiguarnos más despacio y con más devoción
La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor.
Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros. Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio.
Jesús, en plena juventud, es eliminado y lo acepta para abrirnos el paraíso con la fuerza de su bondad: "En plenitud de vida y de sendero dio el paso hacia la muerte porque El quiso. Mirad, de par en par, el paraíso, abierto por la fuerza de un Cordero" (Himno de Laudes).
En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente.
Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega.
"No se va al cielo hoy ni de aquí a veinte años. Se va cuando se es pobre y se está crucificado" (León Bloy). "Sube a mi Cruz. Yo no he bajado de ella todavía" (El Señor a Juan de la Cruz). No tengamos miedo. La Cruz es un signo más, enriquece, no es un signo menos. El sufrir pasa, el haber sufrido -la madurez adquirida en el dolor- no pasa jamás. La Cruz son dos palos que se cruzan: si acomodamos nuestra voluntad a la de Dios, pesa menos. Si besamos la Cruz de Jesús, besemos la nuestra, astilla de la suya.
Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela.
ORACION
“Señor, Dios nuestro, que has querido realizar
la salvación de todos los hombres
por medio de tu Hijo, muerto en la cruz:
concédenos, te rogamos,
a quienes hemos conocido en la tierra este misterio,
alcanzar en el cielo los premios de la redención.”
La Hermandad celebró con todo esplendor una Estación de Penitencia para el recuerdo.
A pesar de que no se preveía lluvia, un inesperado chubasco obligó a celebrar el Vía Crucis en el interior de San Mateo
El pasado 30 de enero se celebró la XX edición de la Gala de homenaje al Tambor de Oro e Insignia de Oro de la Hermandad.
A continuación, una extensa galería de imágenes de la Estación de Penitencia durante la madrugada del pasado Jueves Santo. Nuestro agradecimiento a Juan Pérez por la cesión de este magnifico
material fotográfico.
A continuación, una extensa galería de imágenes del Vía Crucis del Silencio que este año ha visitado el barrio de San Francisco. Nuestro agradecimiento a Juan Pérez por la cesión de este
magnifico material fotográfico.
Devoción en la calle. Inicia su transitar por la Plaza Nueva en busca de los enfermos, los desvalidos, los desesperados por la falta de trabajo. Hermanos que portan a su Titular en silencio, entregados, y con emoción desmedida. Ni ellos saben describir lo que viven en ese momento. Conocen con certeza el instante concreto que revive la imagen que llevan con tanto cuidado, saben lo importante que es el peso que sienten.… pero aun así, no son capaces de explicar lo que perciben en lo más profundo de su ser. Y así, el “Silencio”, no avanza solo. Le acompaña su Hermandad, le acompañan cientos de corazones devotos que iluminan su sacrificio con cirios encendidos.
Vía Crucis del Silencio, Vía Crucis de esperanza.
Foto: Jesús Ruiz Jiménez “Gitanito”
El pasado 31 de enero se celebró la XIX edición de la Gala de homenaje al Tambor de Oro e Insignia de Oro de la Hermandad.
Disponible la Revista "Silencio" en su edición de 2014. Puede visualizarla directamente haciendo clic en la ventana o bien descargarla desde el apartado "Descargas" de esta Web.
Dos momentos invaden de intimidad a la Hermandad en esa noche mágica. Intimidad en los minutos previos, antes de que la oscuridad lo invada todo, antes de que el silencio más atronador se adueñe de las calles. Y la intimidad antes de la despedida y el comienzo de la larga espera hasta el año próximo. Ese es el momento en el que todos los enlutados dirigimos nuestras miradas hacia El que ya aguarda la voz del manijero para su entrada en San Mateo. Todos, absolutamente todos en hermandad, en silencio, en oración. No hace falta decir nada, no hace falta exteriorizar nada. Solo la quietud, la oscuridad, y la calma lo dicen todo. En el centro, bajo la figura del Silencio, el abrazo de un progenitor a su hijo enfatizan los sentimientos de unión y hermandad. Sobre la verticalidad de la fachada, se proyecta su grandeza. El tiempo, una vez más, se detiene a las 3 de la madrugada.
Foto: Jesús Ruiz Jiménez “Gitanito”
Día de emoción, día de oración. Hermanos expectantes, nerviosos, impacientes. En unos minutos sus hombros, con auténtica devoción, portarán al Silencio por las calles de Lucena. No se les conoce, no se les ve el rostro, pero se atisba el nerviosismo que recorre todo su ser. El Silencio ya aguarda para que le lleven en volandas y sin necesidad de más adornos en busca de los enfermos, de los impedidos, de los que necesitan de su misericordia. Vía Crucis del Silencio, Vía Crucis de esperanza.
Foto: Juan Pérez
Superación frente a la adversidad con su esperanza siempre receptiva a su voluntad.
Un nuevo ejemplo del material con el que se han conformado la historia y el espíritu de esta Cofradía
D. Enrique Flores Hidalgo, una santería para la historia y para el recuerdo
El pasado 25 de enero se celebró la XVIII edición de la Gala de homenaje al Tambor de Oro e Insignia de Oro de la Hermandad.
Disponible la Revista "Silencio" en su edición de 2013. Puede visualizarla directamente haciendo clic en la ventana o bien descargarla desde el apartado "Descargas" de esta Web.
A pesar de las malas previsiones meteorológicas, la lluvia dio una tregua y el Cristo del Silencio salió en procesión por las calles de Lucena cumpliendo su tradicional puntualidad con la madrugada del Jueves Santo. El itinerario se vio sensiblemente recortado ante la amenaza de que la lluvia volviera a hacer acto de presencia. Aun así, la Hermandad pudo recorrer más de la mitad de su itinerario transitando por los puntos más emblematicos como la Cuesta del Castillo o el Coso.
El Vía Crucis del Silencio visitó el barrio de la calzada en la noche del Viernes de Dolores en un itinerario que transcurrió por Plaza Nueva, Barahona de Soto, Plaza del Coso (lateral oeste), Maquedano, Párroco Joaquín Jiménez Muriel, Puerta de La Mina, La Parra, Juan López Alta, Calzada, Puente de San Juan, Antonio Eulate, Pedro Angulo, Las Torres, Plaza Nueva (Centro), y a su Templo.
Esta noche, (22 de marzo) a partir de las 23:00 horas desde la Parroquia de San Mateo, se celebrará nuestro tradicional Vía Crucis que este año visitará la zona sur de la ciudad y más concretamente el barrio de la Calzada.
El próximo Viernes de Dolores, día 22 de marzo, se celebrará la XL edición del Vía Crucis de la Hermandad en el que se volverán a leer las catorce estaciones escritas originalmente por D. José Rodríguez Delgado.
Las manos y el corazón que mantiene remozado el cauce de nuestra devoción.
Desde el antiguo Instituto Laboral, para mantener en la existencia a la Cofradía Estudiantil
El pasado 26 de enero, se celebró un año más la Gala de Homenaje al Tambor de Oro e Insignia de Oro de la Hermandad.
Como es tradicional, a finales de enero se celebra esta Gala donde serán entregados los galardones anuales que concede la Hermandad.
Un año más, las familias necesitadas de Lucena reclaman nuestra ayuda para poder seguir adelante
Como cada año, los hermanos difuntos de la Cofradía reciben nuestro homenaje y recuerdo con la celebración de esta misa
Un año más, la tradicional peregrinación al Real Santuario de María Santísima de Araceli se convierte en un evento de hermandad y convivencia