
Dos momentos invaden de intimidad a la Hermandad en esa noche mágica. Intimidad en los minutos previos, antes de que la oscuridad lo invada todo, antes de que el silencio más atronador se adueñe de las calles. Y la intimidad antes de la despedida y el comienzo de la larga espera hasta el año próximo. Ese es el momento en el que todos los enlutados dirigimos nuestras miradas hacia El que ya aguarda la voz del manijero para su entrada en San Mateo. Todos, absolutamente todos en hermandad, en silencio, en oración. No hace falta decir nada, no hace falta exteriorizar nada. Solo la quietud, la oscuridad, y la calma lo dicen todo. En el centro, bajo la figura del Silencio, el abrazo de un progenitor a su hijo enfatizan los sentimientos de unión y hermandad. Sobre la verticalidad de la fachada, se proyecta su grandeza. El tiempo, una vez más, se detiene a las 3 de la madrugada.
Foto: Jesús Ruiz Jiménez “Gitanito”
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miguelperezg70@gmail.com (sábado, 12 abril 2014 00:40)
Me podey pasar el himno de la cornetín.por favor
jose cañete (lunes, 14 abril 2014 19:21)
Gracias a ti señor, porque a traves de tu junta de gobierno, has hecho realidad para mi un sueño bonito, sentirme hermano de esta gran cofradia tan especial. No nos dejes nunca como hijos tuyos que somos.