A pesar de las malas previsiones meteorológicas, la lluvia dio una tregua y el Cristo del Silencio salió en procesión por las calles de Lucena cumpliendo su tradicional puntualidad con la madrugada del Jueves Santo. El itinerario se vio sensiblemente recortado ante la amenaza de que la lluvia volviera a hacer acto de presencia. Aun así, la Hermandad pudo recorrer más de la mitad de su itinerario transitando por los puntos más emblematicos como la Cuesta del Castillo o el Coso.
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Los momentos previos a las 12 de la noche en el interior de la Parroquia de San Mateo, reflejaban en los rostros de los miembros de la Junta de Gobierno la tensión e incertidumbre que se vivía ante la posibilidad o no de realizar la Estación de Penitencia debido a la temida lluvia. Lo acontecido durante el mismo día, hacía presagiar que este año el Cristo del Silencio no haría enmudecer y oscurecer las calles de Lucena.
Veinte minutos antes de la hora señalada, el Hermano Mayor llamó a los miembros de su Junta de Gobierno al interior de la sacristía. Los hermanos se temían la peor de las noticias. Pero el pesimismo, se tornó en alegría. El Cristo del Silencio saldría a la hora establecida pero con una reducción sustancial de su itinerario debido a las previsiones.
Y dieron las 12 de la noche, y la oscuridad se adueñó de Lucena, y el Silencio lo inundó todo. Un año más, la Hermandad perfectamente organizada con un innumerable número de hermanos tanto de tambor como de vela, tomó las calles de nuestra ciudad acompañando a su Cristo. El itinerario recorrido fue el tradicional hasta llegar a la calle Las Torres para dirigirse directamente de vuelta al templo. En esta ocasión, la calle San Pedro, El Agua y El Peso se han quedado sin arropar a su "Silencio" y ya esperan ansiosas que llegue el próximo Jueves Santo.
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