PRIMERA ESTACION  

JESÚS ES CONDENADO A MUERTE 
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén.

 
" ... Tú lo has dicho: yo soy Rey. Y además te digo que pronto me verás con toda majestad y gloria sentado a la derecha de Dios Padre...". " Ha blasfemado... Reo es de muerte ... ". Por tu venida al mundo en la humildad del pesebre de Belén. Por tu filial sumisión a José y María. Por comunicarnos el nuevo reino de paz, justicia y amor. Por guiarnos por el sendero de luz. Por todo ello, nosotros los hombres, te condenamos a muerte. Y las mismas brutales injusticias se siguen repitiendo en nuestra sociedad de hoy. Sin encontrar culpa alguna, condenan a muerte a Jesús, y en nuestro mundo de hoy, seguimos  condenando al abandono, a la miseria, a la muerte, a muchos inocentes que no reconocemos como hermanos en el camino de nuestro vivir. Señor, dinos en EL SILENCIO de tu mirada que sólo TU eres EL CAMINO, LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA. 



Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 

Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

SEGUNDA ESTACION  

JESÚS ES CARGADO CON LA CRUZ

Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 


"Habiéndolo entregado Pilatos al pueblo, éste tomó a Jesús y haciéndole llevar a hombros su propia Cruz, se dirigieron al Calvario...". Pero hoy, inmisericordemente, veintiún siglos después, volvemos a repetir la escena sin el menor propósito de rectificación. Cargamos sobre los hombros de nuestros hermanos el peso de "su Cruz". "Se lo tenían merecido". "Solo de él es la culpa". "Que acarree ahora con las consecuencias". Efectivamente que nuestro egoísmo ha dado el resultado esperado. Que cargue otro con el fardo de nuestras cobardías, de nuestras maldades. ¡ Qué importa que sea inocente !. Y es que cada día nos estamos volviendo menos escrupulosos. ¡ Qué importa que sean niños, mujeres o ancianos los que caigan por nuestra culpa !.  Nosotros a vivir aunque sea a costa de la propia vida de los demás. Señor, enséñanos con TU SILENCIO a no juzgar a nadie, a no condenar a nuestros hermanos, para no merecer el castigo de tu justicia.

 
Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 
Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

TERCERA ESTACIÓN  

JESÚS, CAMINO DEL CALVARIO, CAE POR PRIMERA VEZ
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 


Te caes, Señor, pero enseguida te levantas. Pese al dolor y la angustia, te caes y te levantas una y otra vez, porque tienes una misión que cumplir:  Morir en la Cruz para salvarnos. Y  nosotros, ¿cuantas veces caemos...? y ¿cuantas nos levantamos?. ¿Tenemos acaso clara nuestra misión que cumplir aquí y ahora, en nuestro mundo, en nuestro pueblo, dentro de esta comunidad donde estamos implantados...?. Muchas veces equivocamos el camino, y vamos viviendo de espaldas a las enseñanzas del que es LUZ, GUIA Y CAMINO,  y así nos luce el pelo. Tenemos más de todo, pero nos falta Paz. Acaparamos más dinero, y en cambio tenemos menos felicidad. Amontonamos más cosas inútiles y esos mismos trastos nos agobian. "¿De que vale al hombre ganar el mundo si pierde su Alma?”. Santísimo Cristo del Silencio, enséñanos a ambicionar solo tu AMOR, para realizar nuestra misión como Tú la deseas.

 
Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 
Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

CUARTA  ESTACIÓN  

JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 

En la calle de la amargura, entre el pueblo humilde y sencillo, tal vez soportando más dolor que el tuyo propio, allí estaba María. Fue una mirada mutua de Amor y Clemencia para con todas las naciones y todas las generaciones. Simplemente una mirada universal ….. no hacía falta más. Es la misma expresión, la misma mirada, la que aún perdura, Señor, en las gentes de Lucena que, aprendiendo de TU SILENCIO, te siguen en este largo VIA CRUCIS implorando el perdón misericordioso para tantos pecados cometidos, pero confortados siempre, por el Amor de la Dulce Madre de Araceli que, al pie de la Cruz, nos entregaste. Que por esta corriente de Amor, aprendamos a consolar más que a ser consolados, a comprender más que a ser comprendidos, a dar más que a recibir.


Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 
Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

QUINTA ESTACIÓN  

EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 

"... Al salir, encontraron a un hombre de Cirense, llamado Simón, al que requirieron para ayudar a Jesús a llevar la Cruz". Te ayudan físicamente a llevar la Cruz, por miedo a que te pudieras morir por el camino. Pero tu Cruz era otra. Tu Cruz era la ofensa, el desamor, la ingratitud del hombre hacia Dios, y ésa la cargaste Tú solo, y por ella, te entregaste al sacrificio cruento, libremente aceptado por Ti, para perpetuar nuestra salvación. Que en la misericordia de TU SILENCIO, nos ayudes Señor, para ser también nosotros cirineos de las cargas de nuestros hermanos. Que aprendamos de Ti a perdonar, no una vez, sino una y mil veces. A perdonar sin reservas, porque perdonando siempre a nuestros hermanos, seremos perdonados en tu Bendito Corazón.



Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 
Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

SEXTA ESTACIÓN  

LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS 
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 

Está tan maltratada tu naturaleza humana y tal la compasión que le inspiras a esa mujer, que jugándose su propio físico, porque todos estaban contra Ti, se acercó a secarte el sudor y la sangre que manaba de tu atormentado rostro. Nosotros, los de tu Cofradía del Silencio, tus hijos de Lucena, no podemos hacer de Verónica y secarte tu sangre y tu sudor. Pero Tú nos has dicho que cuanto hagamos con los pobres, con los moribundos, con los desarropados,….lo hacemos contigo. En esta noche, junto a tu cuerpo inanimado, desde lo más profundo de nuestro corazón, nace un sentimiento de solidaridad con nuestros hermanos y, EN SILENCIO, como Tú nos enseñas, llevaremos nuestro aliento y nuestra ayuda a cuantos hermanos nos encontremos en el camino de nuestro vivir. 


Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 
Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

SÉPTIMA ESTACIÓN  

JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ 
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 

Ya no puedes más, Señor, y por eso, de nuevo, está tu rostro en tierra. Caes de nuevo en nosotros y por nosotros. Testimoniando tu misericordia, te incorporas para consumar hasta el fin, la Redención. Tu eterna enseñanza de caer y levantarse siempre, por muy diversas que sean las circunstancias, por mucho que pese la carga, por muchos que sean los dolores, ...siempre será un caer y un levantarse. Que cuando nos mires Señor, nos encuentres siempre levantados, siempre firmes para seguir andando el camino. Tú has venido a dar a nuestra flaqueza la fuerza de tu Amor y nos has dicho desde el profundo SILENCIO DE TU MIRADA ... " Venid a mi cuando estéis afligidos, que Yo os aliviaré ..." 



Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 
Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

OCTAVA ESTACIÓN

JESÚS REPRENDE A LAS HIJAS DE JERUSALÉN 

Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 


"Seguía a Jesús una multitud entre las que se encontraban unas mujeres que lloraban y se compadecían de Él. Cristo les dice: Hijas de Jerusalén, no lloréis ni sufráis por Mí. Llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos ...". A pesar de tu dolor físico, aún tuviste fuerzas para expresarles a esas mujeres tu otro dolor, ...el de la rebeldía y dureza de corazón de tu pueblo para escuchar la Palabra de Dios. Y nosotros, seguimos haciéndonos los sordos a tu mensaje. Nuestro corazón sigue estando sordo a las llamadas de los que pretenden algo de nosotros, de los que precisan nuestra ayuda, de los que pretenden que les resolvamos un problema. Nosotros Señor, tan solo tenemos oídos despiertos para oír el sonido del dinero y los placeres. Oídos para la algarabía del mundo, pero no para tu Mensaje. Y Tú, que nos ves con  lágrimas en los ojos al contemplar alguna escena piadosa, nos dices como a las mujeres de Jerusalén, que lloremos por  nuestros muchos pecados. Haznos llorar EN SILENCIO por nuestras culpas, para llorar con todos aquellos que sienten el dolor de sus cuerpos. 

 

Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 

Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

NOVENA  ESTACIÓN

JESÚS CAE POR TERCERA VEZ 
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 

Es la última. Ya no te desplomaras más. Ahora se inicia el umbral divino en tu clemencia. Cuando te levantes, culminarás la cima del Gólgota. La plenitud del Hombre-Dios en la Cruz, es la salvación de quien creyó, cree, y seguirá creyendo en Ti. Señor, allana para nosotros este nuestro camino de más espinas que rosas y evita nuestras caídas, y si éstas se producen, haz Señor que, mirando ese monte, encontremos en Ti la respuesta de donde nos viene el auxilio. En la Misericordia de TU SILENCIO, queremos pedirte en esta noche, que aprendamos a levantarnos. A cada caída nuestra, brinda Tú la mirada conmovedora de tu Amor, para comenzar el camino en pos de Ti.

 



Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 
Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

DECIMA ESTACIÓN

JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 


"Y ahora se repartieron sus vestidos echándolos a suerte entre ellos. Se cumplió la Escritura: Se repartieron mis vestidos y sobre la túnica echaron suerte…". Toda tu Vida, Señor, ha sido una continua comprobación de las Escrituras, y el pueblo elegido, conocedor de ellas, no solo no te admitió, sino que además te condenó. Nosotros, como tu pueblo elegido, seguimos entendiendo tu mensaje a nuestra conveniencia, de acuerdo a nuestro estatus social, y así, el testimonio que estamos dando, deja mucho que desear con lo que Tú quieres de nosotros. Morirás en la Cruz que has llevado hasta ese monte, pero nosotros seguiremos con nuestros negocios y nuestros asuntos sin importarnos que mueras siempre. Señor, enséñanos a dar un verdadero testimonio de Amor, junto con el Papa y tu Iglesia peregrina en la tierra, aunque el dar un testimonio de Amor nos vaya la vida en ello.


Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 
Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

DECIMO PRIMERA ESTACIÓN

JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 


"Cuando llegaron al lugar llamado El Calvario, lo crucificaron junto a dos malhechores ...". La obra ya está concluida. i Perfecta !. No hay nada que tocar, le está a la medida. Ahora, Señor, Tú y tu Cruz coinciden plenamente. Pero aun te queda tiempo de perdonar a tus verdugos, salvar a uno de los malhechores que agonizaban contigo, entregarnos a tu Madre, sentirte abandonado, tener sed como última necesidad humana, experimentar en tu ser la terrible soledad del SILENCIO de los que te seguían, y por fin encomendar tu Espíritu al Padre. Tu obra concluía con perfección divina. La serena Paz de tu rostro solo puede expresar la satisfacción del deber cumplido. Danos Señor en la humildad de TU SILENCIO, la gracia de llamarnos a tu Paraíso después de haber perdonado nuestras culpas como al buen ladrón.



Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 
Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

DECIMO SEGUNDA ESTACIÓN

JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 


"... y Jesús, dando una gran voz, expiró. El sol se eclipsó, tembló la tierra y el velo del templo se rasgó en dos. La naturaleza entera lloró tu muerte, porque toda ella es..." parte de tu obra. Muriendo, Señor, nos devolviste la vida, y desde entonces esperamos un tránsito, pero nunca un final. Destruiste la tiniebla instaurando la luz ... ¿Dónde está la muerte? ... ¿Dónde la victoria? ... Y Jesús, ocupando toda la superficie de la Cruz, va a dar el paso de la entrega. Acorralado frente al vacío. Va a dar el último paso que desemboca en la muerte. Desde ahí Señor, desde esa altura, mira a la humanidad que todavía espera el grito de su Salvador. Todos, Señor, estamos ahí, al píe de tu Cruz, esperando la Salvación. iSálvanos Señor! ...¡Sálvanos!.  iMiradlo…!  Loco de Amor ha levantado LA VIDA, ha  levantado el pecado del mundo, y en un grito entrega su último aliento. "PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU". ¡Hermanos…, guardad SILENCIO¡  ¡CRISTO ACABA DE MORIR POR NOSOTROS!. 

 

Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 

Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

DECIMO TERCERA ESTACIÓN  

JESÚS ES PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 

 
"José de Arimatea y Nicodemo, bajan de la Cruz el cuerpo de Jesús y lo ponen en los brazos de María, su Madre”. De nuevo María se muestra como corredentora nuestra y Madre de la Iglesia. Y María, con el alma transida de dolor por la pasión y muerte de su hijo, recibe entre sus brazos el cuerpo sin vida de su bien amado Jesús. Lo sostienes entre tus brazos Madre, como hace treinta y tres años nos lo mostrabas desde aquel portal de Belén. Gracias Señora, porque la mayoría de las veces conseguimos el Perdón de Tu Hijo, porque sigue estando entre tus brazos. Cristo del Silencio, danos en tu infinita misericordia, capacidad para mirar en los momentos difíciles de nuestra vida, las dos alturas con que tu Amor nos ha enseñado. LA ALTURA DE TU CRUZ Y LA ALTURA DE LA SIERRA DONDE ENCONTRAMOS A TU MADRE, MARÍA SANTÍSIMA DE ARACELI. 

 

Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 

Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

DECIMO CUARTA Y ÚLTIMA ESTACIÓN

JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO 
Te adoramos Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. 

 

"Después de bajarlo de la Cruz, lo envolvieron en una sábana, lo sepultaron en una gran tumba excavada en la roca y corrieron una gran losa en la entrada ...". La resurrección está llamando a la puerta. Será el día más definitivo en que actuó el Señor y será por ello nuestra alegría y nuestro gozo. Pero la resurrección no será completa más que al fin del camino del mundo. Y nosotros estamos en el camino. Cada uno de nosotros estamos en el camino. Cada uno de nosotros tenemos una parte que cumplir en el camino de nuestra vida. Juntos nos vamos repartiendo a lo largo del tiempo lo que Tú te has encargado de divinizar. Esta es nuestra invencible confianza. Señor…. que no hay un pedazo de mi pequeño dolor que Tú no hayas transformado ya en infinita redención. Por eso, TU HERMANDAD DEL SILENCIO y el pueblo de Lucena que nos acompaña en esta noche, te pide Señor que nos ayudes a recorrer fielmente nuestro camino. Ayúdanos a reconocerte y ayudarte en cada uno de nuestros hermanos de peregrinación.  

 

Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria ... 

Señor pequé. Tened piedad y misericordia de mí.