Cincuentenario Fundacional - Visita al Instituto "Marqués de Comares"
A las 11 de la noche del día 12 de marzo de 2.005, la imagen del Cristo del Silencio partía, acompañado de numeroso público, desde la Parroquia de San Mateo con destino al instituto "Marqués de Comares" donde en 1.955 nacía su Cofradía. Abrieron el cortejo los Tambores Enlutados de la Hermandad uniformados con riguroso traje oscuro, portando sobre el pecho el emblema bordado de la Cofradía. La imagen, sin trono, fue portada a hombros por miembros de la Junta de Gobierno, rezándose a lo largo del recorrido la oración de las "Siete Palabras", alzándose en cada una de ellas la Cruz del Señor, tal y como se realiza en el ejercicio del Vía Crucis cada Viernes de Dolores. Ya en el centro, la imagen fue entronizada en el salón de actos, y tras unas palabras de acogida del director, el señor Cantizani, y el Hermano Mayor, comenzó una vigilia que se prolongó durante toda la noche a la espera de celebrar al día siguiente la Función Religiosa Solemne.
A las 12 de la mañana del día siguiente, y con un salón de actos a rebosar de público, dio comienzo la celebración de la solemne Eucaristía en conmemoración de la constitución en el mismo centro, hace medio siglo, de la Cofradía del Santísimo Cristo del Silencio. La Función fue oficiada por el Obispo de Córdoba por aquel entonces, monseñor Asenjo Pelegrina, al que acompañaban el Vicario de la Campiña y párroco de Santo Domingo, D. Mario Iceta, el párroco de San Mateo y Director Espiritual D. Félix Vázquez, y el profesor de formación religiosa del instituto y párroco de Moriles, D. Rafael Serrano, además de otros tantos diáconos y seminaristas. La misa, interpretada magníficamente por la Coral Lucentina, realzó la grandeza del acto extraordinario que concluyó con la interpretación del himno al Cristo del Silencio del maestro Villa Álvarez de Sotomayor con letra de D. Antonio Rodríguez Morales. A continuación, el señor Obispo descubrió un azulejo conmemorativo y firmó en el libro de oro de la Cofradía antes de iniciar su camino de vuelta a Córdoba.
Una vez que el señor Obispo abandonó el centro, en torno a las dos de la tarde, y precedido por la Cruz de Guía de la Hermandad, los tambores enlutados y escoltado también por numeroso público, la imagen del Cristo del Silencio fue llevada de regreso a la Parroquia de San Mateo. El día, soleado, permitió un traslado sencillo a la par que severo e insólito.
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