Proceso de restauración del Cristo del Silencio (I)
El día 11 de abril de 2.002, la Junta de Gobierno acordó, después de estudiados varios proyectos y presupuestos, encargar la restauración del Cristo del Silencio al profesor egabrense, doctor en Bellas Artes, D. Salvador Guzmán, a quien avalaban además de su experiencia y conocimientos, varias restauraciones llevadas a cabo con otras importantes piezas imagineras del patrimonio lucentino.
Previamente, varios miembros de la Junta de Gobierno se personaron en el taller del señor Guzmán en solicitud de un estudio del estado de deterioro de la imagen. Verificado éste, y conocidos con claridad los desperfectos y las evidencias de no mostrar la encarnadura original, se determinó exponerlos a la autoridad eclesiástica a fin de conseguir la pertinente autorización para restaurar los daños que el tiempo había ido causando a la escultura y reponer en ésta su encarnadura primitiva.
Según las previsiones de D. Salvador Guzmán, el programa de restauración abarcaría entre cinco y seis meses, en los que serían retirados todos los elementos no originales de la imagen. El proceso incluiría además la inserción de un nuevo punto de apoyo del Cristo sobre su Cruz, al considerarse frágiles e inseguros los puntos naturales de sujeción que constituían los tres clavos. La Cruz, también sufriría un proceso de adaptación y mejora con una terminación definitivamente en mate.
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