ESTACIÓN DE PENITENCIA DEL JUEVES SANTO (2.013), CRONICA, FOTOS Y VIDEOS

A pesar de las malas previsiones meteorológicas, la lluvia dio una tregua y el Cristo del Silencio salió en procesión por las calles de Lucena cumpliendo su tradicional puntualidad con la madrugada del Jueves Santo. El itinerario se vio sensiblemente recortado ante la amenaza de que la lluvia volviera a hacer acto de presencia. Aun así, la Hermandad pudo recorrer más de la mitad de su itinerario transitando por los puntos más emblematicos como la Cuesta del Castillo o el Coso.

Una Plaza Nueva expectante, totalmente repleta de público, aguardaba a que el reloj del Ayuntamiento marcase las doce de la noche y el comienzo del Jueves Santo lucentino. A esa hora se apagaban las luces del alumbrado público y de la mayor parte de los comercios del recorrido oficial y el toque fúnebre del campanario de San Mateo y el sonido sordo de los tambores comenzaban a hacerse presentes en el ambiente: se abrían las puertas del templo para dar salida a la Hermandad de Tambores Enlutados del Santísimo Cristo de la Salud y Misericordia (Cristo del Silencio y de los Estudiantes), sin duda el más "castellano" y austero de los desfiles procesionales que se celebran en nuestra ciudad. Primero los de tambor y posteriormente los de vela, los hermanos de la cofradía tomaban la calle de la Villa, el pasaje del Cristo del Amor y la cuesta del Castillo, para llegar a un Coso repleto de público.
 
Una vez más en esta Semana Santa plenamente invernal que hemos sufrido la previsión de lluvia durante la madrugada y la imposibilidad de resguardar el paso procesional en caso de adentrarse en la calle San Pedro, hicieron que la cofradía optará por acortar su itinerario bajando por la calle Las Torres para ganar la Plaza Nueva.
 
En esta ocasión fue su manijero Enrique Flores, que tuvo en las esquinas a Vicente Guardeño, Antonio Beato y Manolo Moreno.
 
Impresionante, un año más, el paso por la Cuesta del Castillo y el interior del paseo del Coso, en medio de la oscuridad, tímidamente rasgada por la luz de las velas portadas por los hermanos y los cuatro hachones de cera roja del recogido trono en el que se procesiona el impresionante crucificado, en medio del silencio, sólo roto por el sonido de los tambores enlutados y el toque de la trompeta. Espectacular y solemne la entrada en San Mateo, entre las filas de hermanos de vela y tambor arropando la imagen de este hermoso crucificado.

Fuente: www.lucenahoy.com

Fotos: Juan Pérez

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Los momentos previos a las 12 de la noche en el interior de la Parroquia de San Mateo, reflejaban en los rostros de los miembros de la Junta de Gobierno la tensión e incertidumbre que se vivía ante la posibilidad o no de realizar la Estación de Penitencia debido a la temida lluvia. Lo acontecido durante el mismo día, hacía presagiar que este año el Cristo del Silencio no haría enmudecer y oscurecer las calles de Lucena.

 

Veinte minutos antes de la hora señalada, el Hermano Mayor llamó a los miembros de su Junta de Gobierno al interior de la sacristía. Los hermanos se temían la peor de las noticias. Pero el pesimismo, se tornó en alegría. El Cristo del Silencio saldría a la hora establecida pero con una reducción sustancial de su itinerario debido a las previsiones.

 

Y dieron las 12 de la noche, y la oscuridad se adueñó de Lucena, y el Silencio lo inundó todo. Un año más, la Hermandad perfectamente organizada con un innumerable número de hermanos tanto de tambor como de vela, tomó las calles de nuestra ciudad acompañando a su Cristo. El itinerario recorrido fue el tradicional hasta llegar a la calle Las Torres para dirigirse directamente de vuelta al templo. En esta ocasión, la calle San Pedro, El Agua y El Peso se han quedado sin arropar a su "Silencio" y ya esperan ansiosas que llegue el próximo Jueves Santo. 

 


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